jueves, 12 de abril de 2012

JULIO EUGENIO PEREZ


Julio Perez fue un defensor de la marca desde el comienzo, incluso fue quien mejoró la performance de los motores Chevrolet de ese entonces, pero tuvo la desgracia de ser el primer "martir" de la marca, truncando lo que podría haber sido una prometedora carrera como piloto y preparador. Si bien no pudo ganar ningún Gran Premio, logró coronarse en cuatro etapas de 1939.


Nació el 6 de setiembre de 1907.
Debutó en Arrecifes, en 1930 (1º en 2ª Categoría, con un Chevrolet 4).
Participó en 7 Grandes Premios y 2 Mil Millas.
Ganó dos etapas en el GP Internacional del Sud de 1939
La 8ª (Esquel C. Rivadavia) y la 10ª (Patagones-Tandil)

El 14 de diciembre de 1940, Julio Pérez  sufría un espectacular vuelco en la localidad bonaerense de De La Garma durante el desarrollo de las 1000 Millas Argentinas y perdía la vida como consecuencia de las heridas recibidas. Por su parte, su acompañante Bernardo Pérez se recuperaría tras un año de internación, pero en su cuerpo quedarían las secuelas del terrible accidente.


Si bien los dos protagonistas tenían el mismo apellido , no existían entre ellos lazos familiares que los uniera, sino una sólida amistad y mutua admiración. Julio, según dicen quienes lo conocieron, se destacaba por su elevada estatura y su profunda bonhomía. Fueron ellos, junto a Bernardo Mendioroz, los encargados de conseguir una notable performance en los Chevrolet.

Precisamente, Bernardo Pérez así lo explicaba años más tarde: "En 1938, Bernardo Mendioroz hizo un caño de admisión al cual se le colocaron dos carburadores, se hizo un distribuidor de doble platino y se comprimió un milímetro la tapa de cilindros. El coche caminaba bastante para aquella época."


Sobre el mismo tema, Ricardo Lorenzo "Borocotó", en su libro Medio Siglo de Automovilismo Argentino, escribió: "(...) Los Chevrolet habían comenzado a andar y la supremacía establecida por los Ford (aunque no hubieran vencido en las dos primeras ediciones del nuevo Gran Premio) comenzaba a verse muy amenazada. Además de haber venido de fábrica los nuevos motores Chevrolet con mayor potencia, y de la facilidad que acuerda un motor de seis cilindros en línea para su preparación, otro detalle influyó sobremanera: los caños rectangulares de admisión que aumentaban el régimen. El hallazgo se había verificado en Arrecifes y en ello tuvo mucho que ver Julio Pérez, quien, generoso de suyo, desparramó el conocimiento. Así los Chevrolet fueron equipados con ese nuevo tipo de admisión".

Por último, volviendo al trágico accidente que le costara la vida a Julio Pérez deautosmotivo.blogspot.com. reproduce el dramático relato de Bernardo Pérez detallando lo acontecido el 14 de diciembre de 1940.

"Después de pasar por De La Garma íbamos por la tierra y nos encontramos con dos alcantarillas (para desaguar los campos adyacentes). Yo lo único que atiné, cuando las vi, fue agarrarme del tablero, en esa época no teníamos cinturón de seguridad, ni manija para agarrarse, ni seguros en las puertas, ni casco. Al agarrar la primera alcantarilla el auto cayó con la dirección atravesada, volcó de punta...un vuelco terrible porque se desarmó todo. Julio, dicen, que se levantóy lo llevaron enseguida. A mí me dejaron como cosa perdida. Yo reaccioné muy tarde, me llevaron a una sala de primeros auxilios a De La Garma, en la comisaría y reaccioné como a las cuatro de la tarde."


El preparador Bernardo Pérez atribuye el accidente al hecho de que, si bien Julio Pérez había recorrido previamente la ruta junto con su esposa y tomando nota de los accidentes del camino, no había pasado por el tramo en el que se produjo el vuelco, debido a las intensas lluvias que habían dejado casi intransitables los caminos de tierra.

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